Tres escenas reales: cuando el relato cambió el proyecto
El brief reveló veranos en casa de su abuela, con limoneros al sol. Se eligieron tonos cítricos, cerámica esmaltada y un microcopy en la entrada: “Pasa, aquí siempre es mediodía”. Sus visitas comenzaron a traer limones, y el salón ganó un ritual compartido.
Tres escenas reales: cuando el relato cambió el proyecto
La marca quería permanencias más largas. El copy renombró mesas como “Charlas de diez minutos” y “Citas de cuarenta páginas”. La señalética narraba rutas de aroma. Los tickets despedían con “Continuemos mañana”. Las estadías crecieron y el vecindario volvió con historias para continuar.